Primer hombre con corazón artificial
Médicos logran por primera vez sostener fisiología sin un corazón o pulso: un hombre se mantiene vivo pese a que todas las señales con las que se mide generalmente determinarían que está muerto. Hace 4 meses el checo Jakub Halik es el primer hombre del mundo que sobrevive sin corazón, después de que el suyo fuera extirpado para ser sustituido por dos bombas sin válvulas cardiacas y que no producen pulsaciones sensibles al tacto.
Jakuk Halik, primer hombre sometido a esta histórica cirugía cardiaca |
El paciente, Jakub Halik un bombero de 37 años, tenía un tumor maligno en el corazón, y la única alternativa que se le ofrecía en lugar de un trasplante inmediato era la implantación de las bombas, una que manda la sangre por la aorta, y la otra a los pulmones.
“Por primera vez en 500 millones de años de evolución biológica tenemos fisiología sin pulso”, dice el doctor Billy Cohn, quien junto a Bud Frazieier del Texas Heart Institute han logrado reemplazar el corazón de un paciente con un aparato, mostrando que es posible vivir sin corazón ni pulso.
Generalmente pensamos que el corazón es el órgano vital por excelencia, sin el cual la vida es imposible, simbolizando la vida misma. Pero la función del corazón puede ser reemplazada por una aparato mecánico, en este caso una especie de turbina con una serie de rotores que bombea la sangre de manera continua sin producir un pulso.
Generalmente pensamos que el corazón es el órgano vital por excelencia, sin el cual la vida es imposible, simbolizando la vida misma. Pero la función del corazón puede ser reemplazada por una aparato mecánico, en este caso una especie de turbina con una serie de rotores que bombea la sangre de manera continua sin producir un pulso.
Los médicos probaron esta tecnología de punta de lanza en vaquillas, logrando que estas vivieran de manera natural, comieran y defecaran sin tener un corazón.
El año pasado se presentó el caso del paciente Craig Lewis, a quien, in extremis, tuvieron que extraerle el corazón e insertarle un sistema de turbinas.
El excelente corto Heart Stop Beating documenta el trabajo de estos vanguardistas médicos y su exitoso procedimiento dando vida a un hombre sin corazón.
“Si escuchas su pecho con un estetoscopio, no escucharías un latido. Si examinas las arterias, no habría pulso, si lo conectaras a un electrocardiograma mostraría una línea recta. Bajo todos los criterios convencionales que usamos para analizar a los pacientes, está muerto”, dice Cohn. Y, sin embargo, vive.
Este extrarordinario reemplazo de un órgano con una máquina nos hace pensar en la posibilidad cada vez más latente de incorporar artefactos tecnológicos al cuerpo humano para mejorar nuestro desempeño. Es posible que en algunos años esto se pueda hacer también con el cerebro, donde podremos tener una interfaz que nos permita tener una memoria perfecta o aumentar la velocidad de nuestro razonamiento.
"Está contraindicado hacer un trasplante cuando hay en el corazón un tumor maligno", porque los medicamentos para evitar el rechazo de un órgano extraño apoyan el proceso tumoral de las células, explicó Jan Pirk, el cardiólogo que ha realizado la intervención. El equipo médico considerará exitosa la operación "si el tumor no se extiende y si el paciente sobrevive hasta que le hagamos un trasplante de corazón", declaró Pirk.
"Por eso debemos esperar todavía entre seis y nueve meses", precisó el cardiólogo del Instituto de Medicina Clínica y Experimental de Praga (IKEM).
"El paciente no tiene pulso sensible. Se creía que sin esto no se puede vivir, y se ha mostrado que sí se puede vivir sin pulso", afirma Pirk con visible orgullo.
La calidad de vida tras la operación tiene una limitación: "No pueden nadar, sólo ducharse. Pueden jugar al golf, o al ajedrez, pero seguro que no pueden correr un maratón", explica el médico.
Uno de los que se ha beneficiado de esta nueva tecnología es Vladimir Vlach, de 60 años, que está feliz tras su operación, realizada hace tres semanas.
"Esta bomba asegura que la presión sanguínea sea la adecuada", explica el paciente, que tras una gripe empezó a tener disfunciones en el ventrículo izquierdo.
"He andado ya un kilómetro y he subido tres pisos. Cada piso tiene 26 peldaños. Voy rápido, y la enfermera con quien hago la rehabilitación dice que no vaya tan rápido", concluye.
Fuente: Taringa/web
El año pasado se presentó el caso del paciente Craig Lewis, a quien, in extremis, tuvieron que extraerle el corazón e insertarle un sistema de turbinas.
El excelente corto Heart Stop Beating documenta el trabajo de estos vanguardistas médicos y su exitoso procedimiento dando vida a un hombre sin corazón.
“Si escuchas su pecho con un estetoscopio, no escucharías un latido. Si examinas las arterias, no habría pulso, si lo conectaras a un electrocardiograma mostraría una línea recta. Bajo todos los criterios convencionales que usamos para analizar a los pacientes, está muerto”, dice Cohn. Y, sin embargo, vive.
Este extrarordinario reemplazo de un órgano con una máquina nos hace pensar en la posibilidad cada vez más latente de incorporar artefactos tecnológicos al cuerpo humano para mejorar nuestro desempeño. Es posible que en algunos años esto se pueda hacer también con el cerebro, donde podremos tener una interfaz que nos permita tener una memoria perfecta o aumentar la velocidad de nuestro razonamiento.
Opiniones varias
Jan Pirk, cardiólogo a cargo de la cirugía |
"Por eso debemos esperar todavía entre seis y nueve meses", precisó el cardiólogo del Instituto de Medicina Clínica y Experimental de Praga (IKEM).
"El paciente no tiene pulso sensible. Se creía que sin esto no se puede vivir, y se ha mostrado que sí se puede vivir sin pulso", afirma Pirk con visible orgullo.
La calidad de vida tras la operación tiene una limitación: "No pueden nadar, sólo ducharse. Pueden jugar al golf, o al ajedrez, pero seguro que no pueden correr un maratón", explica el médico.
Uno de los que se ha beneficiado de esta nueva tecnología es Vladimir Vlach, de 60 años, que está feliz tras su operación, realizada hace tres semanas.
"Esta bomba asegura que la presión sanguínea sea la adecuada", explica el paciente, que tras una gripe empezó a tener disfunciones en el ventrículo izquierdo.
"He andado ya un kilómetro y he subido tres pisos. Cada piso tiene 26 peldaños. Voy rápido, y la enfermera con quien hago la rehabilitación dice que no vaya tan rápido", concluye.
Fuente: Taringa/web
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