Levítico
El día del perdón empieza un día viernes a partir de las cinco de la tarde, Israel se convierte en otro país, los autobuses, trenes, coches o aviones se detienen por completo. Todos los ministerios, instituciones públicas, empresas privadas y comercios, se cierran. Durante 25 horas, las calles de todo el país están ocupadas por centenares de miles de niños en bicicleta. Las sinagogas presentan su mejor entrada. Es el Yom Kipur, (Día del Perdón), la jornada más sagrada del judaísmo, que paraliza completamente Israel y es respetado por el grueso de los más de 13 millones de judíos que hay en todo el mundo.
1. El día del perdón, o Yom Kipur, es el día judío del arrepentimiento, considerado el día más santo y más solemne del año para el pueblo de Israel. Basado en el mandato que Dios dictó en Levítico, el tema central es la expiación (desagravio, reparación) y la reconciliación (arreglo, armonía).
2. Este día sigue siendo una fiesta solemne en Israel, comienza con un ayuno de reflexión, pues lo más importante en el día del perdón no es esperar que todos te lo pidan, sino estar listo a pedirlo, reconociendo por lo tanto, los errores cometidos. Al contrario de lo que nos podríamos imaginar, este día de Yom Kipur no es un día triste, es un día para estar feliz.
3. El día del perdón y ayuno es sobre todo el día en el que los judíos oran, reflexionan y piden perdón ante sus familiares, amigos, conocidos y desconocidos. En las horas previas, la costumbre es pedir perdón al que uno cree que ha tratado de forma incorrecta o ha ofendido.
Las nuevas tecnologías han acudido al socorro de los creyentes y los perfiles de Facebook se llenan de peticiones de perdón. No sólo hay el “me gusta” sino también el “pido perdón”. Asimismo, millones de sms suelen colapsar la telefonía israelí.
Un rabino llamado Tsión Algazi fue sorprendido por un alumno con esta pregunta:”Si he enviado sms a mis amigos y compañeros pidiendo perdón, ¿quedo exento de tener que ir a verles personalmente para presentar mis excusas?”. Más acostumbrado a beber de las fuentes bíblicas que navegar en las modernas aguas virtuales, el rabino contestó: “El envío de un mensaje es bendecido y puede ser suficiente si la otra persona no está realmente enfadada contigo. De lo contrario, debes pedir perdón personalmente y esperar su respuesta”.
Un dato interesante es que este día del perdón dura veinticinco horas, es necesario todas estas horas en ayuno, sin hacer otra cosa que meditar y reflexionar, para que realmente delante de Dios estar listo a reconocer, cuantas personas necesitan escuchar seriamente que lo sientes de corazón.
¿Les gustaría que en nuestro hermoso País, hubiera un día tan sagrado como este? Cuando sueño despierta imaginando esta ilusión me tengo que despertar pronto porque a decir verdad, es bonito que te pidan perdón, pero cuántos estamos listos a reconocer que hemos fallado.
Hablemos un momento sobre la práctica del perdón
1. Nosotros fuimos perdonados. La mayoría de los cristianos cuando vinimos a los pies de Cristo asumimos que éramos culpables de algo, aceptamos que no éramos perfectos, reconocimos debilidades, entendimos el por que de nuestros fracasos y entonces humillados y arrepentidos buscamos el perdón de nuestras miserias.
2. Pero nos olvidamos que lo fuimos. Con el correr de nuestra nueva vida regenerada sin embargo, algo empieza a pasar que hace que esta experiencia sublime deje de serlo, y entonces, parecería que siempre fuimos buenos, siempre fuimos bien intencionados, es decir, se sacaron la lotería al escogerme a mi como parte de su equipo. Cuando nos olvidamos que fuimos perdonados, un gran pecado empieza a generarse en aquel que deja de ver su interior, la distracción aparece y ahora resulta más conveniente mirar el corazón de los demás. El que se olvida que necesita perdón termina rebelándose contra todo sano juicio. La gente poco amistosa sólo se preocupa de sí misma; se opone al sentido común.
Un ejemplo de un hombre que decidió vivir sin nadie a quien pedir perdón
Hubo un hombre llamado Heber el quenita se había separado de los otros quenitas que descendían de Hobab, el suegro de Moisés, y armó su campamento muy lejos de su parentela (Jueces 4:11), era por así decirlo, un ermitaño, seguramente alguien que se alejó por incomprendido, desautorizado, disciplinado o simplemente resentido. ¿Alguna vez has sentido el deseo de apartarte de todos tus seres amados y huir? El hombre esquivo en esta cita es NIPRAD, es decir aquel que se aparta de los suyos, su familia, su clan. No ha sido rechazado, ni discriminado, pero él cree que es el filósofo, el entendido, el más razonable de todos, por eso sus reflexiones lo llevaron a concluir que era mejor apartarse antes de pelear contra la ignorancia.
Niprad no reconoce los síntomas de su enfermedad, el ser antisocial, orgulloso y terco lo hace buscar pretextos para romper con todos y apartarse. Algunas de sus citas preferidas son: “Prefiero no enredarme con los inmaduros”;
“Prefiero mantenerme a la distancia”; “Yo no voy, ya sabes que ellos ni siquiera esperan que yo vaya”; “Hace tiempo que corté con todos esos inmaduros”. Detrás de la mujer o el hombre esquivo hay una personalidad escurridiza, alguien que se excusa porque no quiere enfrentar su propio corazón, pero también puede haber alguien tan dolido que solamente en apartarse encuentra aplacamiento a su sinsabor.
Jesús vino a regalar su perdón a toda la humanidad
Empecé este devocional meditando en el tema de un día de perdón, sabes que Cristo vino a traer un día de perdón para toda la humanidad, pero esta gracia divina no está limitada a un solo día, sino que Cristo ofrece su misericordia gratuita a todos aquellos que están conscientes que la amargura, el rencor y el miedo no deben ser parte de su estilo de vida, que necesitamos sentirnos ser perdonados, que necesitamos perdonar.
Colosenses 2:13 “Sin embargo, Dios nos dio vida en unión con Cristo, al perdonarnos todos los pecados y anular la deuda que teníamos pendiente por los requisitos de la ley. Él anuló esa deuda que nos era adversa, clavándola en la cruz.”
La Biblia dice que no hay justo, ni siquiera uno, no hay quien haga lo bueno, no hay quien tema a Dios, por eso necesitamos un intermediario, y ese abogado es Jesucristo y está con los brazos abiertos para perdonarnos, para quitar toda mancha de amargura, todo deseo de venganza, toda insatisfacción, aquí esta Dios y está listo para ayudarte a lavar tu vida, como dice en su palabra: ¿No sabéis que los injustos no heredarán el reino de Dios? No erréis; ni los fornicarios, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los que se echan con varones, ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los maldicientes, ni los estafadores, heredarán el reino de Dios. Y esto erais algunos; mas ya habéis sido lavados, ya habéis sido santificados, ya habéis sido justificados en el nombre del Señor Jesús, y por el Espíritu de nuestro Dios. 1 Corintios 6:18-20.
Y otro verso más: “Mis queridos hijos, les escribo estas cosas para que no pequen. Pero si alguno peca, tenemos ante el Padre a un intercesor, a Jesucristo, el Justo. Él es el sacrificio por el perdón de nuestros pecados, y no sólo por los nuestros sino por los de todo el mundo. 1 Juan 2:1-3.
Hoy puede ser tu día del perdón, pero antes de empezar a reconocer a las personas que necesitas acercarte a buscar esa reconciliación, no podrás dar ni un solo paso sin la ayuda del creador del perdón, sin la ayuda de Jesús tus esfuerzos te llevarán más bien a dar pasos en falso, empieza entonces, buscando la ayuda del abogado divino y dile que te perdone, que limpie tu corazón, que reconoces que necesitas su perdón. El arrepentimiento es una actitud que expresa reconocimiento y confesión, si quieres ser perdonado esto es lo que necesitas hacer, debes sentir arrepentimiento, como dice la palabra: en Ezequiel 18:30 »Por lo tanto, dice el Señor, juzgaré a cada uno de ustedes, según sus acciones, dice el SEÑOR Soberano. Arrepiéntete y apártate de tus pecados. ¡No permitas que tus pecados te destruyan!
Vamos a orar
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