Aunque es mucho más común entre los varones, también la practican las mujeres desde la pubertad hasta la edad adulta, no hay una regla ni limite alguno en cuanto a edad, aunque sí es un hecho que es mas frecuente entre los jóvenes y señoritas solteros. ¿En que consiste?, No es otra cosa, mas que la auto estimulación de los órganos sexuales para sentir placer y relajación una vez que se llega al orgasmo. Comúnmente se hace utilizando únicamente las manos sin embargo muchos jóvenes y señoritas se preguntan, si esto es bueno o es malo, así como que tan conveniente es practicarla apoyados con algún tipo de objeto. Desde el punto de vista fisiológico, aseguran los médicos que no representa ningún trastorno o disfunción orgánica en el cuerpo humano, sin embargo desde el punto de vista psicológico y moral, entra en juego la fantasía para la auto excitación, y por lo tanto el manejo de pensamientos fantasiosos en la mente, es darle acceso y juego a la mentira, la cual es pecado delante de Dios. Las sagradas Escrituras no mencionan la masturbación, razón por la cual algunos Cristianos no consideran que sea importante, sin embargo, habemos quienes si estimamos muy conveniente educar sobre este particular, orientando a los hermanos para evitar esta práctica que si bien es cierto que no daña su salud física, si puede lesionar profundamente su salud espiritual. Debemos de comprender que la masturbación en si es motivada por dos factores principales, los internos (por llamarlos de alguna forma) y los externos. Entendamos por factores internos las necesidades fisiológicas del cuerpo. Sabemos que en la pubertad y adolescencia, tanto en los hombres como en las mujeres, hay una serie de procesos hormonales que inducen a la sensación de la “necesidad” sexual. En los varones, hay producción constante de semen que se acumula en las vesículas seminales dentro de los testículos, estas vesículas llegan a llenarse y al hacerlo, envían señales al cerebro con la exigencia de expulsar el líquido seminal, la que solo es posible por tres vías, la relación sexual, la masturbación o mediante lo que se conoce como “eyaculación espontánea o sueños húmedos”, y no es mas que un orgasmo (en el varón) que se da mientras duerme. Este fenómeno natural en el varón, desaparece con el paso del tiempo, llega un momento que es controlable y difícilmente vuelve a suceder, personalmente comparo este fenómeno fisiológico con la experiencia que tiene todo ser humano cuando aprende a controlar el esfínter, así los bebés y niños pequeños no controlan este músculo hasta mas o menos los dos años de edad, cuando ya pueden “avisar” su necesidad de orinar o defecar. Algo así sucede con los jóvenes en la pubertad y adolescencia en la que tardan un poco de tiempo en controlar la presión sexual que ejercen sus sacos seminales para no expulsar ese semen que ahí se ha acumulado. Una vez que hay este control, la presión continua durante toda la vida sexual del varón, la diferencia es que ahora hay un control casi total y ese semen es reabsorbido por el cuerpo. En el caso de las mujeres no existe la misma presión fisiológica pues sus cuerpos no fabrican este tipo de fluido, sin embargo en su período de fertilidad que se da aproximadamente 14 días después de la menstruación, es cuando son más susceptibles fisiológicamente hablando a responder a las motivaciones de índole sexual. Dentro de los factores externos, está la presión del mundo, que fácilmente se percibe a través de la T.V. el cine, las revistas, etc. Hoy día el bombardeo sexual esta en todo su apogeo, los medios masivos de comunicación se han encargado de tergiversar el sexo y la sexualidad presentando la imagen de que el sexo es “una experiencia fantástica que debe practicarse lo antes posible”. Así con tanta presión de este tipo en la mente del ser humano, se da la excitación sexual y la “necesidad” de practicar el sexo, así que una forma muy “cómoda y practica” de relajar esa presión, es a través de la masturbación. El problema de pecado en este acto, no lo representa en si el proceso mecánico para hacerlo, sino la motivación fantasiosa para hacerlo, ya que para excitarse tanto hombres como mujeres echan a andar su imaginación con fantasías que no son otra cosa que mentiras utilizadas para lograr la excitación necesaria que antecede al orgasmo, esto es pecado delante de Dios. No podemos pasar por alto que Jesús dijo que quien mira a una mujer para desearla en su corazón, ya ha cometido adulterio, esto aplica tanto a hombres como a mujeres. Adicionalmente las fantasías sexuales, llevan al individuo a imaginar situaciones irrealizables que solo se ven en el sexo comercial que se transmite por la TV o la pornografía, de forma tal, que estas personas cuando finalmente se casan, tienen relaciones sexuales llenas de frustración pues sus fantasías son sencillamente inalcanzables, lo que provoca que muchos de ellos (as) vuelvan a la práctica de la masturbación, alejándose cada vez más de Dios. ¿Qué hacer para obtener la victoria? Primero debemos entender la fisióloga de nuestros cuerpos y enseguida identificar las motivaciones. Hace unos días uno de mis hijos preguntaba ¿por qué hay cosas que no quiero imaginar en mi mente y de todas formas las imagino?, Por supuesto que habla de imágenes sexuales, y esto es, porque en principio las vio alguna vez, y estas quedaron fijas en su cerebro. Y eso mismo es lo que pasa con todos nosotros, en la medida que estemos expuestos a imágenes sexuales, es en las misma medida que estas harán nido en nuestra mente y las veremos en cualquier momento, así que esta presión estará presente en todos aquellos que acostumbran ver películas eróticas o programas con fuerte carga sexual, revistas de este tipo o simplemente participar de charlas de corte sexual muy común entre “los amigos”, así que debemos alejarnos de todo tipo de motivación sexual. Lo más importante es rendir esta debilidad delante de Dios para obtener por medio de Jesucristo la victoria. Difícilmente en vuestras propias fuerzas será posible vencer el vicio que significa la masturbación. Esto es algo que se debe confesar y poner delante de Dios pues Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó. Para concluir permítame citar Gálatas 5:17-21 Porque el deseo de la carne es contra el Espíritu, y el del Espíritu es contra la carne; y éstos se oponen entre sí, para que no hagáis lo que quisiereis. 18 Pero si sois guiados por el Espíritu, no estáis bajo la ley. 19 Y manifiestas son las obras de la carne, que son: adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia, 20 idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías, 21 envidias, homicidios, borracheras, orgías, y cosas semejantes a estas; acerca de las cuales os amonesto, como ya os lo he dicho antes, que los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios. Si ya entregaste tu vida a Cristo, entonces fuiste hecho una nueva Criatura (2 Corintios 5:17) por lo tanto, Dios está dispuesto a darte la victoria sobre este pecado. Fortalece tu vida consagrándote cada día a Dios y... “En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que está viciado conforme a los deseos engañosos, y renovaos en el espíritu de vuestra mente, y vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad”(Efesios 4:22-24). | ||
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Autor: Gustavo |
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