En Apocalipsis 3:20 Jesús ofrece: “Mira que estoy a la puerta y llamo. Si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré, y cenaré con él, y él conmigo”. ¿Abriste la puerta de tu corazón a Dios? Si es así ¿qué dijo Jesús que haría? ¿crees que Dios te engañaría?
En Juan 6:37 Jesús dice: “Todos los que el Padre me da vendrán a mí; y al que a mí viene, no lo rechazo”. Y en Juan 10:27-29 Jesús afirma: “Mis ovejas oyen mi voz; yo las conozco y ellas me siguen. Yo les doy vida eterna, y nunca perecerán, ni nadie podrá arrebatármelas de la mano. Mi Padre, que me las ha dado, es más grande que todos y de la mano del Padre nadie las puede arrebatar”.
Jesús murió en la cruz por nuestros pecados, para que pudiéramos tener una relación con él. Él no se muestra indiferente al tema. Jesús hizo lo posible para que tuviéramos una relación con Él. Jesús tomó nuestros pecados y nos limpió de ellos para aceptarnos y perdonarnos completamente. No tenemos que hacer rituales religiosos o pasar toda nuestra vida suplicando perdón. Dios es el que hizo posible el tener una relación personal con Él. Y nos acercamos a Él basados en los que Él hizo por nosotros, no en lo que nosotros podamos hacer. Él pagó por nuestros pecados para poder perdonarnos y entrar en nuestras vidas. En 1 Pedro 3:18 dice: “Porque Cristo murió por los pecados una vez por todas, el justo por los injustos, a fin de llevarlos a ustedes a Dios”.
Cuando una persona le pide a Jesús que entre en su vida, lo hace abriendo el corazón: ‘Dios, quiero una relación contigo, quiero que vengas y tomes el control de mi vida y me hagas la persona que tú quieres que yo sea’. Es una decisión que le permite ser Dios de nuestras vidas, tener el control de ellas. Si ya recibiste a Cristo en tu corazón, es emocionante ver lo que Dios dice ahora de ti y de tu relación con Él:
- Estás en paz con Dios
“En consecuencia, ya que hemos sido justificados mediante la fe, tenemos paz con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo”. (Romanos 5:1).
- Eres hijo/a de Dios
“Mas a cuantos lo recibieron, a los que creen en su nombre, les dio el derecho de ser hijos de Dios”. (Juan 1:12).
- Ya no vives en oscuridad
“Porque ustedes antes eran oscuridad, pero ahora son luz en el Señor. Vivan como hijos de luz”. (Efesios 5:8)
“Él nos libró del dominio de la oscuridad y nos trasladó al reino de su amado Hijo, en quien tenemos redención, el perdón de pecados”. (Colosenses 1:13,14).
- Has sido perdonado/a
“De él dan testimonio todos los profetas, que todo el que cree en él recibe, por medio de su nombre, el perdón de los pecados”. (Hechos 10:43).
“En él tenemos la redención mediante su sangre, el perdón de nuestros pecados, conforme a las riquezas de la gracia que Dios nos dio en abundancia con toda sabiduría y entendimiento”. (Efesios 1:7,8).
“Así manifestó Dios su amor entre nosotros: en que envió a su Hijo unigénito al mundo para que vivamos por medio de él. En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó y envió a su Hijo para que fuera ofrecido como sacrificio por el perdón de nuestros pecados”. (1 Juan 4:9,10)
- Tienes vida eterna
“Ciertamente les aseguro que el que oye mi palabra y cree al que me envió, tiene vida eterna y no será juzgado, sino que ha pasado de la muerte a la vida”. (Juan 5:24).
“Y el testimonio es éste: que Dios nos ha dado vida eterna, y esa vida está en su Hijo. El que tiene al Hijo, tiene la vida; el que no tiene al Hijo de Dios, no tiene la vida. Les escribo estas cosas a ustedes que creen en el nombre del Hijo de Dios, para que sepan que tienen vida eterna”. (1 Juan 5:11-13).
- Fuiste marcado con el sello del Espíritu Santo
“En él también ustedes, cuando oyeron el mensaje de la verdad, el evangelio que les trajo la salvación, y lo creyeron, fueron marcados con el sello que es el Espíritu Santo prometido. Este garantiza nuestra herencia hasta que llegue la redención final del pueblo adquirido por Dios, para alabanza de su gloria”. (Efesios 1:13,14).
- Puedes comenzar a entender el amor que Dios tiene por ti
“Si permanecen en mí y mis palabras permanecen en ustedes, pidan lo que quieran, y se les concederá. Mi Padre es glorificado cuando ustedes dan mucho fruto y muestran así que son mis discípulos.
Así como el Padre me ha amado a mí, también yo los he amado a ustedes. Permanezcan en mi amor. Si obedecen mis mandamientos, permanecerán en mi amor, así como yo he obedecido los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor. Les he dicho esto para que tengan mi alegría y así su alegría sea completa” (Juan 15:7-11).
Para conocer mejor a Dios te recomiendo que pases tiempo en su palabra (la Biblia), pídele que te revele más de sí mismo y que te ayude a construir esta relación con Él. El evangelio de Juan (el cuarto libro del Nuevo Testamento) es un buen lugar para empezar.
Habla con Él libremente. En su palabra nos anima: “No se inquieten por nada; más bien, en toda ocasión, con oración y ruego, presenten sus peticiones a Dios y denle gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, cuidará sus corazones y sus pensamientos en Cristo Jesús”. (Filipenses 4:6-7).
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